Los Riesgos de Compartir Imágenes Personales con la IA
En la era digital que vivimos, las herramientas de inteligencia artificial se han vuelto cada vez más accesibles y populares. Aplicaciones como ChatGPT, DALL-E, Midjourney y similares han revolucionado la forma en que interactuamos con la tecnología, permitiéndonos crear contenido visual impactante con solo unos cuantos clics. La tentación de subir nuestras fotografías personales para crear imágenes virales es grande, pero ¿somos realmente conscientes de los riesgos legales y de privacidad que esto conlleva?
Como abogada especializada en derecho contractual y con amplia experiencia en la intersección entre tecnología y derecho, quiero compartir con ustedes algunas consideraciones importantes que deben tener en cuenta antes de subir sus imágenes personales a estas plataformas.
1. Perdemos el control sobre nuestros datos personales
Al subir una fotografía a una plataforma de IA como ChatGPT, estamos cediendo cierto nivel de control sobre ella. Estas empresas generalmente almacenan nuestras imágenes en sus servidores y, en muchos casos, las utilizan para entrenar sus modelos de inteligencia artificial. Esto significa que nuestra imagen podría estar siendo utilizada para “enseñar” al sistema a generar rostros o características similares, sin que tengamos la posibilidad de saber exactamente cómo, cuándo o por cuánto tiempo se utilizará.
Desde una perspectiva legal, estamos frente a un tratamiento de datos personales que, aunque consentido mediante la aceptación de términos y condiciones, puede extenderse mucho más allá de lo que imaginamos inicialmente.


2. Exponemos información sensible a través de metadatos
Pocas personas son conscientes de que las fotografías digitales contienen metadatos (información EXIF) que pueden revelar detalles como la ubicación exacta donde se tomó la foto, la fecha y hora, e incluso el modelo de dispositivo utilizado. Al subir estas imágenes a plataformas de IA, podríamos estar revelando inadvertidamente información que podría comprometer nuestra seguridad o privacidad.
En contextos profesionales como el jurídico, esta exposición podría incluso comprometer información sensible relacionada con clientes o casos, si no se tiene el cuidado adecuado.
3. Autorizamos usos que pueden ir más allá de nuestras intenciones
Los términos de servicio de muchas plataformas de IA incluyen cláusulas que les permiten utilizar el contenido subido por los usuarios para diversos fines, incluyendo mejora de sus servicios, investigación, y en algunos casos, uso en materiales promocionales. Esto significa que nuestra imagen podría aparecer en contextos que nunca autorizamos explícitamente.
Como especialistas en derecho contractual, siempre recomiendo a mis clientes y colegas leer cuidadosamente estos términos antes de aceptarlos, especialmente cuando involucran información personal sensible como fotografías.
4. Disputas sobre derechos de propiedad intelectual
Es importante aclarar que, según las normas internacionales y la legislación de numerosos países, la inteligencia artificial no tiene derechos de propiedad intelectual. Las obras generadas exclusivamente por IA no son objeto de protección por derechos de autor, ya que estos derechos están reservados para creaciones del intelecto humano.
Sin embargo, cuando subimos nuestras fotografías personales a estas plataformas, la situación se vuelve compleja por varias razones:
- Las empresas propietarias de estas plataformas (entidades humanas) pueden reclamar derechos sobre el resultado final basándose en los términos de servicio que aceptamos.
- Si la imagen resultante es producto de una intervención humana significativa en conjunción con la IA, podría considerarse una obra con protección, pero con dudas sobre la titularidad.
- Nuestra imagen original sí goza de protección de derechos de autor como obra humana, pero al subirla, podríamos estar cediendo licencias amplias de uso.
La legislación en muchos países, incluida Colombia, aún está adaptándose a estas realidades tecnológicas, lo que puede generar disputas legales complejas sobre el uso comercial, la atribución y las limitaciones de estas imágenes.

5. Facilitamos la posible suplantación de identidad
Las tecnologías de deepfake se han vuelto increíblemente sofisticadas. Al proporcionar nuestras imágenes a plataformas de IA, estamos facilitando potencialmente la creación de contenido que simule ser nosotros. Para profesionales como abogados, cuya reputación es un activo crucial, esto representa un riesgo significativo que no debe subestimarse.
Imaginen las implicaciones de un deepfake que muestre a un abogado haciendo declaraciones falsas o actuando de manera poco ética. El daño reputacional podría ser irreparable.
6. Enfrentamos la realidad de la permanencia digital
Internet tiene memoria. Una vez que subimos una imagen a estas plataformas, resulta extremadamente difícil garantizar su eliminación completa. Incluso si la plataforma accede a eliminarla de sus servidores, podría haber sido respaldada, descargada por terceros o indexada por buscadores.
Este concepto de “permanencia digital” debe ser considerado seriamente antes de compartir cualquier contenido personal en línea, especialmente en plataformas cuyo modelo de negocio se basa en el procesamiento y análisis de datos.
7. Aceptamos términos de servicio frecuentemente opacos
Finalmente, debemos reconocer que los términos de servicio de muchas plataformas son deliberadamente complejos y extensos. Estos suelen incluir cláusulas que otorgan a la empresa derechos amplios sobre el contenido subido, incluyendo licencias no exclusivas, transferibles, sublicenciables y de alcance mundial.
Como usuarios y profesionales, es nuestra responsabilidad informarnos adecuadamente sobre lo que estamos aceptando al utilizar estos servicios.

Recomendaciones para protegerse
Si aún así desea utilizar estas herramientas, aquí algunas recomendaciones prácticas:
- Utilice imágenes menos personales o genéricas cuando sea posible
- Elimine los metadatos de las fotografías antes de subirlas
- Lea cuidadosamente los términos de servicio y políticas de privacidad
- Configure adecuadamente las opciones de privacidad disponibles
- Considere el uso de herramientas que ofrezcan mayor control sobre sus datos
Conclusión
La tecnología de IA ofrece posibilidades fascinantes, pero como profesionales del derecho y usuarios informados, debemos ser conscientes de los riesgos legales y de privacidad que conlleva compartir nuestras imágenes personales en estas plataformas.
En mi práctica legal diaria y en los cursos que imparto sobre IA aplicada al derecho, siempre enfatizo la importancia de un enfoque equilibrado: aprovechar las ventajas que ofrece la tecnología sin comprometer nuestra privacidad y derechos.